La importancia de contratar un seguro de transporte de mercancías

Por Francisco Sánchez-Gamborino. Consultor del curso El seguro de Transporte por Carretera.

La vida está llena de riesgos sobre las personas y sobre las cosas; desde luego también en las mercancías y mucho más durante su transporte, durante el cual éstas se ven sometidas a riesgos de pérdida  o desaparición  -casual, por incendio, por robo, etc.-, a daños o deterioro –casual, por mala carga o estiba, por accidente de circulación, etc.-, a ocasionar perjuicios por el retraso en su entrega al destinatario, y un largo etcétera de casos posibles. Es decir, susceptibles de acaecer y materializarse como siniestros.

De unos será responsable el transportista –los causados por su culpa o negligencia-, otros tendrá que soportarlos el cargador –si fue él quien actuó incorrectamente, o simplemente en caso de hechos inevitables-, etc. Habrá casos más claros, otros más dudosos sobre su causa, su imputación o atribución, sus efectos y cuantía del daño o perjuicio, etc. Pero siempre hay un efecto indeseado, negativo, una lesión patrimonial.

Estos riesgos se intentan evitar o minimizar aplicando medidas de prevención, pero, pese a la existencia de dichas medidas, se siguen produciendo siniestros, cuyas consecuencias sólo pueden paliarse mediante la contratación de seguros.

Nadie pone en duda la conveniencia, cuando no necesidad, de suscribir seguros, para desplazar los riesgos de nuestra actividad, de nuestra vida, a otra empresa -el asegurador- que está en mejores condiciones de asumirlos, pues el asegurador es -permítasenos la expresión- un «asumidor de riesgos» profesional, acostumbrado a ello, y para quien un siniestro no representa una tragedia, sino algo, no deseable, pero con lo que ya cuenta de antemano, y para cuya reparación está perfectamente preparado.

Y el transporte, desde luego, no es una excepción a esta regla.

Al transportista le interesa tener contratados seguros de transporte, por desarrollar una actividad llena de riesgos. El transportista soporta una durísima responsabilidad respecto a las mercancías que le son confiadas: la de su entrega en destino en estado íntegro y dentro de plazo. A su cliente tiene que garantizar esta entrega efectiva, no sólo el haber puesto los medios necesarios para ello. Por eso se dice que asume una «obligación de resultado», de cuya responsabilidad sólo puede exonerarse en contados casos que las leyes prevén.

Y también al cargador le interesa tener contratados seguros de transporte. Pues su mercancía, por el solo hecho de viajar, corre riesgos. Por eso hará bien en asegurar ésta «le ocurra lo que le ocurra», incluso -especialmente- los supuestos en que el transportista quede exonerado de responsabilidad, o en que ésta se encuentre cuantitativamente limitada a un «techo» máximo.

Y lo mismo cabe decir de agencias de transporte, transitarios, almacenistas-distribuidores y “operadores logísticos”, así como cualquier otra empresa interesada en la operación de transporte, por ese mismo interés.

Así pues, aunque de momento en España el seguro de transporte de mercancías no es obligatorio, el cargador y el transportista prudentes se darán buena cuenta de que les conviene suscribirlo, si no quieren ver sus empresas perjudicadas, e incluso tal vez arruinadas en el caso de un siniestro importante.

Más que asegurar o no, la cuestión será, pues, cómo hacerlo con acierto, qué cubrir exactamente y qué no, bajo qué condiciones y términos y conforme a qué reglas.