Ecoeficiencia: cómo producir más con menos

Por Susana Borrás. Consultora del Curso Práctico de Derecho Ambiental para Rbles. de Calidad, Medio Ambiente y Riesgos Laborales.

El concepto de ecoeficiencia nace de la concepción global de los impactos ambientales de las diferentes fases del ciclo de vida de un producto, y de la voluntad de reducir los diferentes efectos ambientales negativos. La ecoeficiencia se dirige a promover la innovación, con el fin de adecuar los sistemas productivos a las necesidades del mercado y reducir el impacto ambiental. La reducción del impacto ambiental, gracias a la ecoeficiencia, consigue la reducción de los desechos y del consumo de energía y de materia prima, a la vez que la empresa consigue minimizar sus costes de producción y disminuir la contaminación y el deterioro ambiental.

Se puede entender la ecoeficiencia como la relación entre el valor del producto o servicio producido por una empresa y la suma de los impactos ambientales a lo largo de su ciclo de vida:

Ecoeficiencia = valor del producto o servicio / impacto ambiental

Para la empresa la ecoeficiencia es «producir más con menos». Una gestión ecoeficiente de los procesos de producción o de los servicios de una empresa aumenta la competitividad de esta empresa ya que:

  • Reduce el consumo de los recursos mediante la mejora continua.
  • Reduce el volumen y toxicidad de los residuos generados.
  • Reduce el consumo de energía y las emisiones contaminantes.
  • Se reducen los riesgos de incumplimiento de las leyes y se favorecen las relaciones con la administración competente.
  • Y suministra un mayor valor a los clientes.

La ecoeficiencia se halla estrechamente ligada al desarrollo sostenible, ya que equivale a optimizar tres objetivos: crecimiento económico, equidad social y valor ecológico. Es el principal medio a través del cual las empresas contribuyen al desarrollo sostenible y al mismo tiempo consiguen incrementar su competitividad. Este concepto significa añadir cada vez más valor a los productos y servicios, consumiendo menos materias primas, generando cada vez menos contaminación a través de procedimientos ecológica y económicamente eficientes y previniendo los riesgos.

Por este motivo, en los últimos años, un número cada vez mayor de empresas considera el medio ambiente, no como un factor influyente, sino como un objetivo en sí mismo, introduciéndolo en el diseño de los productos y de los procesos industriales.

La mejora en la calidad y los aspectos ambientales se logra cuando se diseñan conjunta y simultáneamente el producto, el proceso y el sistema de gestión industrial, considerando desde el principio los objetivos complementarios de calidad y medio ambiente. Esta estrategia se recoge en el enfoque denominado TQEM (Total Quality Environmental Management).